Desarrollo sostenible en el Caribe: un camino hacia la resiliencia económica

El desarrollo sostenible no es sólo una palabra de moda en el Caribe, sino un camino crítico para asegurar el futuro de la región. A medida que se intensifica el cambio climático, la necesidad de prácticas sostenibles nunca ha sido más urgente. Desde la subida del nivel del mar hasta el aumento de la actividad de los huracanes, el Caribe se enfrenta a retos medioambientales y económicos únicos que requieren inversiones significativas en industrias e infraestructuras sostenibles.

Esta semana he asistido en Miami al Foro de Infraestructuras del Caribe (CARIF) 2024, organizado por New Energy Events, CIBC y KPMG. Uno de los debates más esperados fue el panel titulado “Desarrollo sostenible: ¿Cómo se traduce la inversión en sostenibilidad en beneficios económicos para el sector privado? En el panel participaron destacados líderes, entre ellos nuestro Director Ejecutivo, el Dr. Damie Sinanan, junto con representantes de las Naciones Unidas y de empresas del sector privado, como Sandals Resorts. La sesión fue moderada por la Directora Ejecutiva de Banca de Inversión de CIBC, Gillian Charles-Gollop. El debate puso de relieve cómo las inversiones en sostenibilidad pueden reportar beneficios económicos sustanciales a las empresas y a la región en general.

El caso del desarrollo sostenible

La región del Caribe es muy vulnerable al cambio climático, por lo que el desarrollo sostenible es esencial tanto para la supervivencia como para el crecimiento. Las amenazas inducidas por el clima, como el aumento de las temperaturas, la subida del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos, como los huracanes, ya están causando daños a las infraestructuras y a la economía. Como se destacó en el panel, Gillian Charles-Gollop, de CIBC, señaló que sectores como las infraestructuras de agua, saneamiento y energía requerirán una inversión significativa -hasta 2,2 billones de dólares para 2030- para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

Más allá de la resistencia medioambiental, las prácticas sostenibles ofrecen una oportunidad crítica para la diversificación económica. La fuerte dependencia del Caribe del turismo (que aporta hasta el 32% del PIB en algunas islas) hace que su economía sea especialmente vulnerable a las crisis mundiales. Invertir en sectores como las energías renovables, la agricultura sostenible y las industrias circulares puede ayudar a mitigar estos riesgos y promover la estabilidad económica.

Ganancias económicas para el sector privado

Durante el debate, el Dr. Sinanan hizo hincapié en que las inversiones en tecnologías verdes y resiliencia climática no sólo son vitales para la protección del medio ambiente, sino también para impulsar el rendimiento económico. Según un estudio que citó, la inversión en tecnologías verdes podría crear más de 400.000 puestos de trabajo en el Caribe para 2030. Para el sector privado, las inversiones sostenibles ofrecen beneficios directos, como el ahorro de costes gracias a la mejora de la eficiencia, la reducción de la huella de carbono y la mejora de la competitividad.

Por ejemplo, Sandals Resorts International, representada por Kirstin McCarthy, ha integrado la sostenibilidad en sus operaciones principales. McCarthy explicó cómo la empresa ha conseguido ahorros a largo plazo haciendo que sus complejos turísticos sean más eficientes energéticamente y reduciendo el consumo de agua. Destacó que su enfoque – “construir mejor con menos”- no sólo reduce el impacto medioambiental, sino que también aumenta la rentabilidad. La estrategia holística de Sandals, en la que la sostenibilidad está integrada en todos los aspectos de sus operaciones, es un modelo que otras empresas pueden seguir.

Asociaciones público-privadas: Un motor clave del progreso

Los panelistas coincidieron en que el camino hacia el desarrollo sostenible en el Caribe requiere la colaboración entre los sectores público y privado. Giuseppe Mancinelli, de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), subrayó la importancia de la inversión en infraestructuras para alcanzar los ODS. Hizo hincapié en que las infraestructuras resilientes, que representan el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero y el 90% de los costes de adaptación, desempeñan un papel central en la reducción de la vulnerabilidad climática, al tiempo que fomentan el crecimiento económico.

Por otra parte, Jeremy Superfine, promotor responsable de Cricket Square en las Islas Caimán, señaló que el sector público debe crear un entorno normativo propicio a la inversión del sector privado en sostenibilidad. Sugirió que unas normas y políticas claras, junto con incentivos financieros, son fundamentales para motivar a las empresas a invertir en tecnologías ecológicas e infraestructuras resilientes.

Conclusiones: Construir juntos un futuro sostenible

En conclusión, el panel de CARIF2024 destacó que invertir en sostenibilidad no es sólo un imperativo moral, sino también una necesidad económica para el Caribe. Como resumió acertadamente el Dr. Sinanan, estas inversiones ofrecen beneficios prácticos y tangibles, desde la creación de empleo hasta el ahorro de costes y la resiliencia económica a largo plazo. Para que la región aproveche plenamente las oportunidades económicas del desarrollo sostenible, es esencial la colaboración entre los sectores público y privado, así como la necesidad de marcos normativos claros y políticas con visión de futuro. Tomando medidas audaces hoy, el Caribe puede construir un futuro más resiliente, diversificado y próspero que beneficie tanto a las personas como al planeta.