Invertir y ganar juntos en la era digital

Vivimos en un mundo conectado en lo que ya se perfila como el Siglo Conectado, a pesar de las tendencias introvertidas de algunos. La pandemia de Covid-19 es un duro recordatorio de esta realidad. Sin embargo, la misma conectividad que ha permitido que esta crisis se produzca en cascada ha facilitado la ampliación masiva de las respuestas de resiliencia y la afluencia de solidaridad y apoyo. Colectivamente, los ciudadanos, las comunidades, las empresas y los gobiernos están tratando de aceptar la nueva normalidad, reexaminando su razón de ser y sus relaciones entre sí y con el planeta para permitir la sostenibilidad y la resiliencia.

La economía mundial interconectada, sustentada en las tecnologías e infraestructuras digitales, puede conceptualizarse como un ecosistema con una distribución heterogénea de diversos recursos, explotados por actores estratégicos mediados por convenios y acuerdos en un clima dinámico de competencia y cooperación.

La implicación de esta perspectiva para los actores económicos de la región del Caribe es, en primer lugar, adoptar un marco optimista basado en la idea de nichos de oportunidades para la diversificación de nuestras economías, en consonancia con nuestros recursos colectivos, en asociación estratégica con los actores globales pertinentes. Esto requeriría una mentalidad ganadora respaldada por un sistema de recopilación de información para mapear el panorama tecno-económico mundial y las tendencias emergentes de los consumidores para informar sobre la innovación de nuevos productos y modelos de negocio, y la mejora o reposicionamiento de los bienes y servicios existentes que las empresas caribeñas ofrecen a un mercado global.

Las empresas que deseen internacionalizarse y crecer deben adoptar tecnologías y modelos de negocio digitales adecuados para mejorar sus productos y procesos de producción, establecer presencias atractivas en línea para publicitar estos productos, relacionarse con los clientes, recibir pagos, entregar las compras, ofrecer servicios posventa y conectar con proveedores y socios logísticos. La pandemia de Covid 19 ha demostrado que las empresas de nuestra región pueden digitalizar ciertos aspectos de su negocio para responder a las cambiantes condiciones del mercado.i El reto es incentivar a más empresas para que adopten y apoyar la expansión y consolidación de la adopción entre las empresas que ya han iniciado el camino.

Para facilitar este proceso de digitalización, las empresas caribeñas necesitarán inversiones de diverso tipo, ya que suelen carecer de los conocimientos, habilidades y capital necesarios para hacerlo por sí mismas.ii
Para orientar y enfocar su estrategia de digitalización, las empresas pueden centrarse inmediatamente en áreas cruciales como la presencia en el mercado, el compromiso de los clientes, las operaciones y la configuración organizativa.

Más concretamente, hay oportunidades de inversión en los siguientes ámbitos:

  • Proporcionar conocimientos y formación a la dirección y al personal en la comprensión y gestión de la digitalización.
  • Formar y capacitar a especialistas en servicios digitales en el país, que trabajarán individualmente con las empresas para establecer su nivel de madurez digital y elaborar un plan de adopción digital receptivo y coherente con su estrategia empresarial.
  • Probar el capital para financiar las diversas inversiones y actividades definidas en el plan de adopción

A medida que más empresas caribeñas vendan en línea a los mercados extranjeros, será necesario mejorar los servicios logísticos. La prestación rentable de estos servicios fomentará la adopción del comercio electrónico por parte de más empresas, creando un círculo virtuoso de digitalización en la economía en general. En industrias tradicionales como la agricultura y la agroindustria existen oportunidades de inversión para el uso de tecnologías apropiadas en la producción; la creación de mercados digitales para integrar la cadena de valor; así como el uso de sensores para la trazabilidad de los productos desde la granja hasta la fábrica y el consumidor, mejorando la confianza y creando reputación entre los consumidores e intermediarios basados en el valor. En consonancia con los recientes esfuerzos de deslocalización, la Región es un destino privilegiado para nuevas inversiones en centros de llamadas, procesamiento de información y externalización de procesos empresariales, dada nuestra ubicación estratégica, nuestros idiomas y la disponibilidad de las competencias necesarias para apoyar estas operaciones.

Desde el punto de vista del desarrollo de nuevos productos, existen oportunidades para aprovechar nuestra cultura única, incluida la música, para crear productos innovadores con un atractivo masivo para los mercados no tradicionales, aprovechando el comportamiento de los consumidores existentes en el mercado y la infraestructura para el compromiso de los consumidores.

Quiero terminar esta sección con lo que creo que es un ganador. La región del Caribe posee la capacidad creativa necesaria para llevar a cabo grandes y audaces iniciativas en colaboración con empresas tecnológicas de talla mundial en áreas en las que tenemos una clara ventaja competitiva. El concepto del Caribe Virtual a través del Turismo de Realidad Virtual es una tremenda oportunidad para la inversión a través de asociaciones estratégicas, dada la incomparable diversidad de hermosos paisajes terrestres y marinos de la región que pueden ser virtualizados y gamificados para un mercado creciente de “Habitantes Digitales”. A medida que el hardware de consumo para acceder a los contenidos de realidad virtual sea más asequible, la adopción de la RV se verá impulsada por la disponibilidad de nuevos tipos de contenidos de calidad e interesantes para nuevos segmentos de mercado. El turismo de realidad virtual (VRT) es un área de contenido primordial para impulsar una nueva adopción.

Conclusión

La economía digital presenta enormes oportunidades para que el empresario digital las aproveche. El individuo, las empresas, los inversores y los gobiernos deben conceptualizar y equiparse como empresarios en esta economía digital multidimensional. La tarea requiere una mentalidad ganadora con un enfoque global-local centrado en la creación de conocimientos sobre nuestros recursos autóctonos y las tendencias emergentes, y un liderazgo visionario pero atento para iniciar y mantener las asociaciones estratégicas con las partes interesadas locales, los principales agentes de desarrollo y los actores de la industria mundial.

iVéase https://www.pwc.com/cb/en/issues/assets/digital-readiness-survey-2021.pdf

iiPacheco y Pacheco (2020). Disponible en: Microsoft Word – SST-3-2-2020-Pacheco-Pacheco (um.edu.mt)